martes, 23 de junio de 2009

A hard day's night

El sol se levanta como todas las mañanas por el mismo lugar. No hay nada ahí afuera que parezca humano todavía y por lo tanto todo parece estar en una calma más que divina. Cuando uno amanece con resaca en la puerta de un bar, es uno de las mejores cosas que puede ver. Es el final más deseado: Hay calma, sol y nada ni nadie molesta demasiado por que está en su propio sueño. Todo es muy diferente de cuando uno estaba hace unas horas allí adentro, bebiendo, cantando, bailando y riéndose. Algunos salen borrachos, más incontrolables que cuando entraron, y más sociables también. Otros salen con los amigos, riendo, cantando canciones de luis miguel, cristian castro o el chaqueño palavecino, lujo que se dan en ese estado, de dejar atrás todo el rockanroll que será por un tiempo, vestigio de una noche más. Otros salen a concretar su caza nocturna, ya sea el cazador de sexo femenino o masculino. Si estás en capital, en estos casos, es más probable que termines con un curso acelerado de francés, sueco o inglés sin necesidad de pasaportes o aduanas. Y si estás en La Plata lo más lejos que podés ir es a china o corea con solo ir a comprar chicles a la esquina.
Tratás de acordarte como llegaste hasta ahi, ya que a cierto grado proporcional de alcohol en plasma sanguíneo las cosas se complican para cierta parte de tu cerebro y por otra se pone interesante. Todo es más nitido aunque se te mueva un poco el piso, tu animo está un poco más alto, y todo te importa más un huevo que antes.
Tu cerebro hace click y empieza la historia como un flashback.
Un ringtone, una ventana de msn, cualquiera de esos medios disponibles de hoy se enciende y tras ello aparece el nik de alguien conocido. Para los seres no demasiado sociables como yo debe ser precisamente un amigo o alguien que te caiga muy bien.
Allí el interesado en dirigirte la palabra dice "hola que tal?" y todos los seremoniosos baivenes sociales a los que nos acostumbramos. Pregunta por el gato, el perro, el canario, da una no muy detallada descripción de su dia laboral, sus avances y al fin y al cabo, recalcando lo dura que fue la jornada pregunta: "¿Que tenés que hacer este fin de semana?" el receptor responde "Nada", y allí empiezan a llover ofertas. Tocan mis amigos, hay un bar nuevo que pasan tal música, si querés hacemos algo tranquilo, tengo ganas de ver chongos, conozco a alguien que me hace la gamba y pasamos... en fin, el mercado de ofertas está abierto. Y aunque el receptor parezca inmutable cuando responda "Bueno, dale me fijo" está calculando milimetricamente sus próximos movimientos financieros al fin de quedar o no en bancarrota esa noche. Y el resultado es: Tienes un boleto para... joder,beber... adherir segun el vicio.
Y así se enfrascan en la caravana que la mayoría emprende los viernes y sábados.
En el caso del que hablamos, este sujeto se encontrará con la persona indicada. Hablará, le dedicará sus sinceras sonrisas y oidos, hará sociales dentro de lo políticamente correcto e incorrecto si es posible y comenzará el ritual.
Quizás se dedique a escuchar lo que ya se acostumbró a esuchar, buscando algo nuevo, analizando, dejándose llevar por eso que lo rodea. Responderá a las preguntas mecánicamente de quien intente saber qué carajo pasa por su mente cuando tiene una cara de orto o de pócker naturalmente instalada en la fachada y q solo remueve cuando está en confianza. No necesita exteriorizar todo lo demás. Sabe que está donde quiere y con quien quiere y fuera de donde no quiere estar. Sabe que después tendrá que volver bajo las presiones de siempre y es mejor no pensar en eso en ese momento.
Pasado el primer momento, pasarán de allí a un bar o si están en el se quedarán, o caminarán por una cantidad indeterminadas de calles. A veces buscando la compañía complementaria del sexo opuesto o solamente un lugar donde anclar, para, seguir bebiendo o divertirse.
El individuo elije lo primero. Y si hay sillones mejor. Y si hay música compatible aún más. NI hablar si hay alcohol barato y de mediana calidad. Apunta al primer sillón disponible y se desparrama cuan pez en el agua. La música, de por sí fuerte lo aturde, y comienza a beber pasivamente. Casi ignora a quienes tiene al lado y sólo habla para romper cierto silencio comprometedor q a veces ni la música tapa. No tarda en irse con ella a dónde no puede ir con los pies. Todo se convierte en un momentáneo living de relax y confusión. No hay nada más que la verdadera droga que llena sus oídos y su mente para perderse. Sabe que es un gusano más en el mundo, en la forma que lo quieran dibujar dentro del papeleo existente. Pero esa noche no. Esa noche pagó para que la realidad no entre. Esa noche pagó para no saber, para no creer y quizás para no pensar. Para no existir ni discutir. Para vivir en una anarquía pacífica con el mundo por un minuto, una hora o cuántas más sabe Dios. Hasta que el sol salga, y sentado en algún lugar respire la paz aparente que existe en el sopor de lo que no termina de despertar y sienta que por un minuto toda la vieja mierda se va con la última melodia que escuchó... lo deja.
Entonces al cerrar los ojos por un minuto podrá ver que su mente está en paz.


To be someone must be a wonderfull thing...

1 comentario:

  1. MUY MUY MUY BUEN TEXTO. Pensé q me iba a qedar por la mitad, pero lo lei todo :) -i'm happy about it-.
    Es todo un tema las salidas, estan llenas de ciertos rituales entre individuos y segun las circunstancias, me gustó cómo encaraste eso. Particularmente, una sola vez me puse en pedo y no llegue a ver el amanecer en ese estado, me volvi a casa como 3 hs antes :P jaja Y tampoco me gusta salir borracha de donde sea q esté, prefiero estar sobria o levemente 'alegre' para poder disfrutar más la noche y acordarme de lo q hice y no hice ;)
    Bue un dia tenemos q salir y vemos qé escribis despues jaja

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