miércoles, 1 de julio de 2009

Wonderland


Alicia se encaminaba por un camino azul. Conocía al conejo, a los gemelos, a la reina, al gato, al hombre huevo y a la morsa y el carpintero... pero ahora todo tenía un extraño matiz. El cielo era plano y allí donde deberían haber nubes había una extención inmensa de césped verde esmeralda. Lo más verde que pudiéramos imaginar, de ese color. Y en el medio, un camino azul, azul oscuro como un océano profundo que lo partía al medio. Todo parecía un juego de acrílicos y plastilina.
La niña había llegado caminando por el cielo y terminó aterrizando colgada de unos globos, sobre el verde césped que estaba sobre su cabeza. Por suerte quedó parada allí sin problemas y sin despeinarse.
De repente vio al gato con su sonrisa amplia, y como ya lo conocía éste se limitó a burlarse de ella y a desaparecer. Pobre. Tenia la mala suerte de estimar a la gente inconveniente.
Ahora, tenía la tarea de seguir al pez multicolor.
Era un pez de cabeza azul, rayas rojas, amarillas y verdes, tan fuertes y tan puras como los otros colores.
El pez era un charlatán y un bromista maleducado. Y tenía una sonrisa casi tan maliciosa como la del gato. ¿Cómo ella con la dificil tarea de caminar boca abajo podría seguirlo?
Eso se dispuso a hacer ella. Pero el pez, aún más veloz que cualquiera se dignó a escapar nadando por el camino azul mientras profería burlas y palabras ininteligibles.
Y Alicia se desvaneció de ese lugar extraño y mágico para volver a la realidad.



(Nótese, este fue un sueño tal y como se cuenta)

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