miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hasta perder la cuenta

Lo que necesito.

Me siento cansada. Tengo el martillo en la mano pero ya me cansé.

Más que cansancio es un momento de reflexión: Nunca creí que la pared fuese TAN gruesa.

Pese a la ayuda de otros, dí las decisiones necesarias para romper lo primero, que era bastante… y ahora estoy confundida. No sé para donde salir simplemente, y quiero más, más de esta libertad.

Me siento como cuando uno hace una rutina de ejercicio y está muerto y tiene que seguir: Pero no por el cansancio en sí, si no por que uno quiere seguir y no saber cómo.

Quiero cederle mi martillo a alguien. Quiero tener el valor, la intrepidez de hacerlo, la inocencia suficiente para creer en alguien (cosa que siento que perdí, la inocencia de creer en el resto), quiero que me lo manden, por decreto. Necesito que me sacudan.

1 comentario:

  1. Hace unos días me dijeron que me deje de joder, que en cualquier momento va a venir alguien que me va a tirar la pared a la mierda.
    Y yo estoy dispuesta a agarrar el martillo, pero todavía necesito el empujón para empezar.

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