Un golpe de la vida me despelotó seriamente el cerebro y después de un par de años en que las aguas de mi cabeza se fueron aquietando y fui cambiando mi deseo de sobrevivir por vivir, retomé mis viejos hábitos de dibujar y escribir. Menos la música porque fue mi salvavidas.
Uno de esos hábitos vino a parar a este blog. Y ahí me di cuenta que tenía una seria dificultad: Había perdido la manera de poetizar ciertas cosas... había perdido el hábito de transformar una idea en lenguaje escrito y eso me generaba un caos. Las cosas salían tal y como venían, no se transformaban en su pasar... la riqueza de las palabras se había diluído y la variedad también. Era muy desastroso. Recién hoy en día en un año o año y pico puedo decir que mejoré muchísimo y retomé el camino.
Pero no es fácil. Para tener la calidad de escribir algo uno tiene que permitirse sentirlo, sentir completamente el concepto. Es como el agua... dejarlo fluir y darle un cauce. Sentir, es algo que hace mucho no me permitía. Por que sentir en ese momento era una constante agonía.
Me pasaba exactamente lo mismo, sabés las cosas que escribía? Pffff una belleza. Después se te va todo eso. Y por alguna razón, te vuelve, por algo o alguien, la magia de las palabras renace y la vida es un poquito más linda :)
ResponderEliminarIgual, linda como vos no.
♥