Imaginensé esto: Una casa bastante chota donde viven estudiantes de psicologia, bellas artes y vaya a saber que otra carrera volada, situada cerca de un descampado y del cementerio de La Plata (y por lo tanto no lejos de mi casa) con un ventanal que sirve de puerta/vista hacia el campo y algunos árboles que se ven en el horizonte.
La cita: A la tardecita, of course, cuando el sol va callendo y tiñe tooodo de naranja. Y nosotros en ronda, entre mate y mate discutiendo arreglos, metiendo voces y contándonos como carajo es que todavia estamos haciendo el ciclo básico. Y como soy la que se come más materias por estudiar dirección orquestal ("fllllllllllooooooor de carrera te metisteee eh?")
De repente un bajo, una voz (mi voz), un vudú y una guitarra... 2 guitarras bah! El flaco peló la SG y 2 más salimos a defender nuestras bienamadas epiphone y a recibir uno del otro elogios para con ellas... y si: Coincidimos en ese amor por la viola =). Dejamos salir mas sonidos improvisados mientras la noche nos iba dejando a oscuras
Los flacos se fumaron una flor y yo fui armando equipaje.
Lo unico malo es que me quedaron los ojos rosaditos y cristalinos como si hubiese fumado yo tmb... menos mal que no se notaba mucho.
