domingo, 5 de julio de 2009

Sound


Quiero crear un espacio inconcreto donde las melodías existan y se dispersen como una niebla que cubren ese pequeño universo diminuto. Donde una voz que viene de ningún lado llega con otras voces para unirse y crear la realidad que nadie puede tocar pero si percibir donde no creerían que podrían llegar a hacerlo. Este pequeño universo es quizás diminuto en comparación con el tangible que especulamos mientras tenemos los pies sobre él, pero es tan infinito como el mismo. Se expande y se contrae a gusto según la forma. Los sonidos mandan. Ellos crean imágenes y espacios. Los instrumentos son sólo los portadores de ese poder que todo lo forma y todo lo puede destruir en ese alcance. Y aún, pueden llegar más lejos. Pueden llegar hacia nosotros.
Alguien sueña, alguien bebe, alguien se droga…alguien imagina, alguien entra de manera ilimitada a la zona de su mente que a veces no debería y se encuentra con él. Algunos se asoman a la puerta. Otros se sumergen por completo.
No estoy hablando de la cantidad de corcheas que hay en un pentagrama al formarse un compás. No estoy hablando de la forma estúpida que podemos tener para señalizar y seguir la música. Error. Ella nos sigue a nosotros. Ella nos caza. Y es la mejor para hacerlo. Es invisible, seductora, expresiva y letal. Nos promete la belleza, la libertad y la paz. O la posibilidad de hacer lo que querramos. ¿Es ella o somos nosotros? Se mete en el recoveco más difícil de manejar, la mente y la atrapa sutilmente.
Ella acaricia sigilosa nuestros tímpanos o a veces lo hace con el poder de una tormenta que nos derriba en un arranque de frenesí y nos transporta a una experiencia más sana y más potente que cualquier droga.
¿Qué sería el mundo sin sonido? A veces me aterra pensar en el silencio. Es como pensar en la oscuridad. Sería una especie de ceguera más.
Dios me libre de eso.

viernes, 3 de julio de 2009

La nueva integrante =)


Papá: (depués de ponerse chinchudo y de todos los colores antes de razonar, como acostumbra, vio a la criatura y le tocó la fibra sensible: Se parecía mucho a su anterior mascota con la que tantas cosas había compartido. Entonces, con la voz del nene contento q descubre el chiche nuevo avisa)
-¿Cómo le pusiste?
Yo: (en blanco) Eeeeeeee.... todavia no tiene nombre. Como no sabía si te la ibas a quedar... (el estratega conoce como se dirige su gruñon general)
Papá: Ya sé como se va a llamar!!
Estratega: (piensa y atiende ante el repentino arranque. En promedio con el resto de las mascotas terminará siendo un nombre beatle: Nótese, el perro se llama Ringo, la gata Mimí...) Cómo? (pregunta tímidamente)
Papá: YOKO!
Estratega: (si hubiese podido caer de espaldas...) Yoko?
Papá: Sí, yoko. (ilusionado) Por qué?
Estratega: nnnnooo... por naaaada (sabe q la cautela es preciosa en estos casos para no herir los infantiles sentimientos de su padre y se dispone a usar sus conocimientos) Y por qué no la llamamos Lucy? Es el equivalente en canción a Yoko. (nombre beatle, canción beatle...Bingo!)
Papá: (sin ningún daño en su estima) Bueno, dale. Lucy
Estratega: (FIIIIIIIIIUUUUUU)


** welcome home sweet Lucy

miércoles, 1 de julio de 2009

Wonderland


Alicia se encaminaba por un camino azul. Conocía al conejo, a los gemelos, a la reina, al gato, al hombre huevo y a la morsa y el carpintero... pero ahora todo tenía un extraño matiz. El cielo era plano y allí donde deberían haber nubes había una extención inmensa de césped verde esmeralda. Lo más verde que pudiéramos imaginar, de ese color. Y en el medio, un camino azul, azul oscuro como un océano profundo que lo partía al medio. Todo parecía un juego de acrílicos y plastilina.
La niña había llegado caminando por el cielo y terminó aterrizando colgada de unos globos, sobre el verde césped que estaba sobre su cabeza. Por suerte quedó parada allí sin problemas y sin despeinarse.
De repente vio al gato con su sonrisa amplia, y como ya lo conocía éste se limitó a burlarse de ella y a desaparecer. Pobre. Tenia la mala suerte de estimar a la gente inconveniente.
Ahora, tenía la tarea de seguir al pez multicolor.
Era un pez de cabeza azul, rayas rojas, amarillas y verdes, tan fuertes y tan puras como los otros colores.
El pez era un charlatán y un bromista maleducado. Y tenía una sonrisa casi tan maliciosa como la del gato. ¿Cómo ella con la dificil tarea de caminar boca abajo podría seguirlo?
Eso se dispuso a hacer ella. Pero el pez, aún más veloz que cualquiera se dignó a escapar nadando por el camino azul mientras profería burlas y palabras ininteligibles.
Y Alicia se desvaneció de ese lugar extraño y mágico para volver a la realidad.



(Nótese, este fue un sueño tal y como se cuenta)